Un desierto te encierra,
un desierto de tiempo escrito, un nombre,
regimientos de dunas solitarias
y saciada la sed de no beber.
Unos nombres de soles te persiguen,
tu calor refrigera el horizonte,
espejismos sin pausa son tu guardia,
esos cactus que guardas, tus caudales.
Un desierto velado, otro camino,
la belleza se oculta en tus arenas,
mil tormentas se esparcen por las sienes
de quien vive sediento en tu aridez.
Enfero Carulo
AIart – Vol. 1
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Qué duda cabe que nos encontramos en épocas de grandes cambios, de nuevas
herramientas, quien sabe si...
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Hace 8 horas
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