Hombres





Somos hombres llovidos
sobre campos de carne,
la libertad arada
como una mano escrita,
en nuestra frente el trueno
prendido en la tristeza
de una gente que pasa
mirando de soslayo.
Somos hombres caídos
como copos de ahogo,
nuestras bocas cerradas
musitan los olvidos
que una vez recordaron
personajes sin gloria,
anónimos diversos,
cadáveres sin lápida.
Finalmente, el minuto
perdido entre los años
infinitos, caducos,
de un tiempo que devora
la máscara ridícula
de individuos con rabia
que pasean su sombra
sin poder soportarla.
Y es esta pena extrema
la brutal paradoja
de hallarse muerto en vida
con dolor en el alma,
sintiéndonos perpetuos
y estallando en presencia,
dejando que la sangre
escriba nuestra historia.



La exposición, de nombre Cicatrix, aborda el análisis del rol de la mujer en la sociedad actual. Enfero Carulo en combinación con la fotografía de Roberto Meade; podemos encontrar una metáfora de la ciudad rondando a la mujer, tanto en la aprehensión de su papel sobre el hombre, como independientemente. De apariencia sangrienta, lo que pretende esta exposición es provocar convulsiones, pegar una bofetada para que con todos los arrestos gritemos en contra de lo que ya sucede cotidianamente en todo el planeta.