Escribir un poema se parece a un orgasmo:
mancha la tinta tanto como el semen,
empreña también más en ocasiones.
Tardes hay, sin embargo,
en las que manoseo las palabras,
muerdo sus senos y sus piernas ágiles,
les levanto las faldas con mis dedos,
las miro desde abajo,
les hago lo de siempre
y, pese a todo, ved:
¡no pasa nada!
Lo expresaba muy bien Cesar Vallejo:
"Lo digo y no me corro".
Pero él disimulaba.
Dolce Paganne – Un cuento malvado
-
Ceren Aksungur a.k.a Dolce Paganne es una artista turca afincada en
Amberes. Después de trabajar en agencias...
La entrada Dolce Paganne – Un cuento malv...
Hace 4 semanas
1 comentarios:
Todo un batiburrillo.... que bien reflejado... en las fotos y en la poesía.
Besos y abrazos multiples.
Publicar un comentario