Gambia con el alma atrapada



Los hombres no llovemos sobre campos de carne
cuajada en otros tiempos. Por miedo a renacer,
pronto nos descolgamos goteando de ignorancia
entre cultura y hambre a rebanadas ciegas.
Rodeamos nuestras tumbas con voz desesperada,
sin gana y sin aliento. Dejamos que la parca
figura del ancestro nos robe el pasaporte;
nos quedamos con nada, la piel como bolsillo.
Y nos sentimos grandes sabiéndonos de polvo;
la vida nos derriba. Somos de sed y frío,
como la muerte, aldabas. Somos hombres llovidos
tras un pájaro inmenso, la libertad arada
como una mano escrita, en nuestra frente el trueno
prendido en la tristeza de una gente que pasa
mirando de soslayo.

Somos hombres caídos como copos de ahogo,
nuestras bocas cerradas musitan los olvidos
que una vez recordaron personajes sin gloria,
anónimos diversos, cadáveres sin lápida.

Finalmente, el minuto perdido entre los años
infinitos, caducos, de un tiempo que devora
la máscara ridícula de individuos con rabia
que pasean su sombra sin poder soportarla.
Y es esta pena extrema la brutal paradoja
de vivirse en la muerte con dolor en el alma,
sintiéndonos perpetuos y estallando en presencia,
dejando que la sangre escriba nuestra historia.

Enfero Carulo



Posted by Picasa

0 comentarios: