... y viceversa

Canícula

Me hundo en mi nadir
y mansamente, miro
tus lances meridianos:
nenúfares, mensajes
de confines opuestos,
soles desconsolados,
martirios y miradas.

Me habita la nostalgia,
la merma de mohines;
la mueca que no huye,
se mece en el olvido.

Te miro y vuelvo a amarte
aunque no ha amanecido,
aunque el manto del orbe
de nuevo nace mudo.

Enfero Carulo





El nombre se diluye

El nombre hecho jirones por la identidad huye
dentro del hombre preso fatigado de sombras,
diluïdo, transido, transcurrido de noches.

Ya no encuentra el reflejo, ya no escucha sus voces
gritando por el agua que remota acompaña,
ya no ciñe el corpiño con que apretar los senos
-esas esferas suaves hechas de fieltro y raso
con sus pezones chicos reclamando saliva-.

El nombre se ha apartado de cristales dolido,
tiembla con sus recuerdos (son sus grandes tesoros)
el hombre se hace carne congelada de sueños
-ya no le mira el vientre a ese cuerpo vacío
del que muerde la espalda con el húmedo espasmo
de quien vierte su vida sin que le importe dónde-.


Enfero Carulo





Posted by Picasa

0 comentarios: